Un lamento de amor

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Hace mucho tiempo existió un hombro que enloqueció por amor,

se entregó a una mujer que no lo apreciaba: si alma, quedó partida de dolor.

Hoy la historia se repite, me enamoré como el sol se enamora cada noche de la luna,

ella, una mujer de mirada felina, más bella que ninguna.

Vivimos noches que no se podría describir a través de las simples palabras, la oscuridad ardía,

y entre mis brazos, el hombre más feliz sobre la faz de la tierra yo me sentía.

Ahora sé que era una simple ilusión lo que yo vivía, por que nunca hubo amor,

tan solo mentiras, ojos traicioneros, que supieron encandilarme sin temor.

Un ángel que de repente se convirtió en un demonio, y que me hizo tiritar,

me dejó, frío, con tantas lágrimas como agua salda hay en la mar.

 

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