Versos a una madre

120

No supe lo que era la vida, lo que era el amor,

hasta que tú, sin pedir nada a cambio,

me diste la vida: me diste tu calor.

Entre tus brazos crecí

y la felicidad absoluta conocí,

quiero agradecerte todo,

por que sin tí,

jamás sería el niño que fui.

Más que una madre, has sido mi inspiración,

por que he aprendido contigo a amar de verdad,

a siempre entregar por completo el corazón.

Y ahora que he crecido, me he dado cuenta

de todo el esfuerzo que día tras día realizabas

mientras de este corazón de niño cuidabas.

Eres el motor que ha dado sentido a mis días,

por eso tendré para ti siempre mil alegrías,

no hace falta que palabras tu me digas,

por que en lo más hondo de tu persona

está tu esencia, la que jamás me abandona.

 

Entradas relacionadas

Subir

Utilizamos cookies para mejorar su experiencia de navegación.